lunes, 24 de octubre de 2005

Y yo, ¿qué putas sé?

De hambre, de tener que luchar famélico contra otros famélicos por un poco de comida cada tres días; de la sed, del viento quemante y las cenizas de la esperanza.

De la verdadera miseria: del barro y el cartón y las latas y el frío.

De las vejaciones insufribles, de la esclavitud a una cama inmunda y a un dolor nauseabundo.

De la peste que hace caer a familiares y amigos en puñados.

Qué se yo del desarraigo, de la tortura, de la mirada y el puño xenófobos, del vacío de tenerlo todo y no tener nada, de la ultrajante necesidad de un hit.

Yo que nunca:
he besado a la muerte en la boca,
ni dormido con el hambre,
sido hijo de la vileza extrema
ni sentido la bota de un soldado encima,
yo qué putas sé.

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