miércoles, 5 de octubre de 2005

Sin título

No es lo mismo,
mujer de humo,
las marcas en la piel
y la ingrata memoria.

No eran lo mismo,
alma que fuiste de mi alma,
tus muchas máscaras
y mi infinito cansancio.

No fue lo mismo,
mi diosa de ilusión,
el haberte devorado
y sentirme, de algún modo,
perdido.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario