Fuiste mi diosa de la ilusión,
porque con vos existía el sueño de mañana,
siempre mañana.
Fuiste mi diosa de la ilusión,
porque me obsequiaste la capacidad de ver más allá de mí mismo.
Fuiste mi diosa de la ilusión,
porque todo,
al fin de cuentas,
no fue.
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