Recuerdo el día en que nos casamos. Vos me dijiste que si alguna vez llegábamos a casarnos, sería en la India. Y lo cumplimos. Era un día fresco, nublado. El patio de la casa en Bombay estaba cubierto de flores. Yo llevaba un traje blanco y vos un exquisito vestido formado de velos y colores y pequeñas cadenas. Teníamos tatuajes de henna y tu rostro maquillado como las imágenes de Shakti y como Shakti te veías. Un hombre santo nos bendijo y hubo un extenso banquete de fuertes sabores, con especias preciosas y sabores insospechados. Esa noche te hice un voto secreto y un filo común unió nuestras sangres y dormimos nuestra primera noche como esposos. Es un recuerdo tan claro como el hecho de que nunca sucedió, pero es entre todos, mi recuerdo favorito.
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