martes, 30 de agosto de 2005

XXX

A veces deseo que haya dioses, o en su defecto un dios, para que cuando yo muera, pueda encontrar la respuesta a todas las preguntas que me llevaré invictas al otro lado.

Ahora que lo pienso, en tal caso el infierno, para mí, sería que esos dioses o dios me dejaran con mis preguntas sin contestar.

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