jueves, 11 de agosto de 2005

La escritura en el espejo


Antes fui presa,
ahora soy un cazador
que se bate en retirada.
Un cazador acorralado,
cuya lucha ha sido larga,
algunos han muerto,
mucho he padecido
y he llegado al amargo término,
con un precipicio como un hocico
abriéndose a mis espaldas
y al frente mis demonios,
ya no hay otro camino
que enfrentarlos
por fin y de una vez por todas;
ver sus terribles caras,
puedo ver el rostro del peor de mis demonios:
es el mismo de alguien que amo,
el mismo de la primera persona que amé.

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