viernes, 5 de agosto de 2005

Hablemos del Gordo


Se autodenomina el Gordo. Se presenta y acto seguido pide que le digan "el Gordo." Por un lado se muestra despectivo de sí mismo y por otro se cree superior a los demás intelectual y moralmente. Cree saberlo todo, su opinión es siempre irónica y trata de ser contundente; presenta sus ideas de tal modo que es imposible refutarlo, todo un refugiado del relativismo. Me imagino su gran duda: el por qué los demás no nos arrojamos a sus pies a adorarlo, sobre todo las mujeres; por qué no reconocemos su grandeza obvia ante la cual todos nos revelamos como seres inferiores.

Yo lo desprecio. Generalmente detestamos a las personas que reflejan esos rasgos de nosotros mismos que consideramos odiosos, vergonzosos o censurables.

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