La tarde-noche de hoy ha sido de los mejores medios días que he pasado. Todo empezó con la ansiada noticia que pone fin a mi búsqueda de búsqueda del sustento. Luego, camino a mi casa, me comí una empanada chilena de marisco. Llegué a mi casa, prendí incienso, me enrolé un puro, abrí una cerveza (473 ml,) me encerré en mi cuarto, me desnudé, pusé a Bob, cerré las cortinas y apagué la luz. Entre trago y jalada, y gracias a la tensión liberada, me sumí en un estado último de relajación, dónde escuché a Bob como nunca lo había hecho, como apenas lo había vislumbrado
(Interrumpo para rascarle la panza a Shakti Ananda Durga; la gran chineada me miraba desde hacía rato con ojos de lástima. Le rasco la panza hasta que me interrumpe. Prosigo y ella me deja para ir a la cama con su ama.)
Volviendo a Bob, creo que él compuso sus piezas en varios niveles, algunos accesibles sólo en ciertos estados y hoy anduve por ahí. Tirado en mi cama, me masturbé invadido por la más pura lujuria. Luego vi Animatrix y mis peleas favoritas de la saga como nunca las había visto. Hablé con mi abuela, hablé con mi hermano e invité a una amistad a comer chicharrones donde mi abuela. Maya llamó reclamando mi abandono de tres días que yo en el acto me dispuse a resolver. Me puse una panta, una camiseta y sandalias; salí y pasé por donde el chino por un entero de cantonés, que pronto devoraré. En el bus, en medio viaje, rodó una manzana por el pasillo; el hombre que estaba antes que yo trató de agarrarla, pero la manzana vino directo a mi mano. La tomé y esperé un momento apropiado, entonces me levanté preguntando:
—¿De quién es la manzana? ¿De quién es la manzana?—
Una señora alzó la mano y todos reímos y por un momento fuimos como debierámos ser. Llegué adonde Maya, quien ya dormía y me recibió fríamente. Le dí besos y caricias, le conté chismes, anéctdotas y sobre mis proyectos futuros en marcha. Me besó y la dejé dormir.
Ahora escribo esto con placer, he de comer y luego me iré a hacer un trío con Maya y Morfeo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario