jueves, 29 de septiembre de 2005

Sobre mis impulsos asesinos

Un día de estos sorprendí a un ratón en la cocina y lo logré arrinconar. Empuñé un cuchillo decidido a hacerlo pagar por su descaro, pero nos miramos a los ojos y me encontré incapaz de hacerlo.

Y el ratón huyó, para que mi casero lo aplastara con el pie.

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