domingo, 11 de septiembre de 2005

In memoriam

Hace cuatro años murieron aproximadamente 3.000 personas en los atentados terroristas perpetrados por militantes de Al-Qaeda contra los Estados Unidos.

El 6 de agosto de 1945, Estados Unidos lanzó una bomba atómica en Hiroshima, al igual que en Nagazaki el 9 de agosto del mismo año, matando al menos 120.000 personas e hiriendo a otras cien mil. El 95% de las víctimas eran civiles. Estados Unidos lanzó las bombas a pesar del hecho de que Japón estaba ya sumamente debilitado y su derrota era inminente. La gran mayoría de los historiadores bélicos concuerdan con que el bombardeo fue innecesario.

Durante la guerra de Vietnam (1957-1975) hubieron al menos 1.520.000 víctimas mortales civiles en Vietnam, Laos y Camboya. Un alto porcentaje se debió a los bombardeos gringos de napalm o como ellos lo llaman, "friendly fire." Después del conflicto y hasta la fecha, 40.000 personas han muerto y un número mayor ha sufrido heridas y amputaciones causadas por minas terrestres sembradas por ambos ejércitos.

En la invasión a Granada por por parte de E.U. (25 de octubre de 1983,) murieron 45 civiles. En la invasión a Panamá (20 de diciembre de 1989) las víctimas civiles se calculan entre 200 y 4.000.

Por último (y sin haber sido exhaustivo en el recuento de atrocidades gringas,) durante el presente conflicto en Irak se calcula que han muerto 100.000 civiles y han sido heridos alrededor de 300.000: la mayoría a causa de los bombardeos estadounidenses.

Yo no soy un hipócrita como para mostrar mi simpatía hacia los "homenajes" que van a aparecer por doquier, a la memoria de las víctimas del 11 de setiembre; ni para hacer un llamado a la reflexión, a derramar lágrimas y a decir cómo me duele que haya pasado. Más doloroso para mí que la muerte de estos cientos de miles de personas que he citado fue la muerte de mi perro y mucho más el haber dejado a mi ex-novia. Y lo digo sin vergüenza o descaro, sino como un hecho, a la vez que levanto mi dedo acusador y lo apunto hacia el resto de la humanidad y afirmo que ustedes no son muy diferentes a mí, y si quieren pruebas, piensen en esto: si a ustedes realmente les importara el sufrimiento humano, pues no podrían dormir en paz. Recuerden que, por ejemplo, en África miles y miles de seres humanos mueren ahí por causa de enfermedades que fueron erradicadas en los países desarrollados, por hambre, por las interminables guerras. Alguien que realmente se preocupara al respecto no se compra un carro, un televisor con pantalla plana, zapatos de treinta mil pesos y demás lujos en general, ni le importaría tanto el estar gordo, el no poder tener una relación estable, el qué dirán o la hermeneútica de la teoría cuántica; compraría alimentos básicos y los enviaría allá, estaría sumamente activo trabajando con las ONG que ayudan al continente africano; es más, una persona realmente solidaria estaría allá, ayudando a esos sufridos pueblos a erradicar los males mencionados.

Pero nosotros no perdemos el sueño, y los gringos arriarán hoy sus banderas a media asta por sus tres mil muertos y hablarán de su trauma, de su gran pena.

(La información sobre los conflictos señalados la obtuve en la página de Wikipedia.)

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