Si la Cámara de Comercio de Tiquicia y la gente de plata elogian el TLC, es un signo inequívoco de que no nos conviene al resto de los ticos. Los ricos nunca apoyan nada que no los vaya a beneficiar y lo que beneficia a los millonarios generalmente perjudica a los pobres. La riqueza es una, constante: no crece ni disminuye, sino que se reparte mal.Pero lamentablemente será aprobado. ¿Quién le dice que no al Tío Sam? Quien lo hace, es aplastado por él. Por lo tanto, estamos en una encrucijada en que las dos opciones son indeseables.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario