jueves, 3 de noviembre de 2005

Falso origen del pequeño pervertido

Un día el pequeño pervertido, siendo un niño, entró corriendo al cuarto de su madre y la encontró desnuda y descubrió con horror que ella, a diferencia de su padre, no tenía pene, lo cual significaba que se lo habían cercenado. Horrorizado por la visión, apartó los ojos de las partes pubendas de su madre y la clavó en sus pies, calzados en unas gastadas sandalias. De ahí su perversión. Claro que ver El último emperador cuando tenía nueve años no ayudó. La escena en que Joan Chen fuma opio y le chupan los dedos del pie izquierdo lo llevó al paroxismo erótico y su mano ejecutó un movimiento que nunca antes había hecho pero que de alguna manera conocía.

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