bebiendo jugo del cartón;
vos estás en la compu,
escribiendo,
taipiando escandolosas historias,
de las que vos sos empírica,
tal vez mordiendo uno de tus labios,
(el de abajo, sí; el de abajo)
tal vez con los dedos de los pies
trabados en inconscientes batallas.
Oigo como arrancan las frases
con el bailoteo frenético de las teclas
que se detiene de pronto
y llega a mí un rápido suspiro tuyo
mientras sopesás las palabras.
La tarde es lenta,
la tarde es blanca
de tanto sol;
por mi garganta baja despacio
el jugo de manzana
y refresca a su paso.
Y me surge
desde un recodo
del bajo vientre,
una chispa que recorre
hormigueante todos mis nervios:
es una reminiscencia en la boca,
(un olor)
es como la sospecha
(de que tal vez querés)
y culmino el ancho vaso
y un hielo resbala desde él
y es mordido,
mi lengua lo recorre en melosos círculos
anhelando que fuera otra cosa
y la emoción me provoca firmeza y arrojo.
Como activar el pestillo de un trampa,
me arrojo en un vector
hacia la mullida silla
que has vuelto trono
y hemos agarrado de matadero,
despacio y silencioso
como jaguar mañoso
me acerco
y veo resbalar el temeroso sudor
por las curvas de tu espalda de gata,
mi cabeza se aproxima
y casi podría sorber tu sudor
(si pudiera)
pero me apropio de tu olor
(tu olor de hembra)
tu olor denso y fuerte
como el del clavel.
Mi brazo se desliza
como culebra pastosa
por tu tronco
y cierra su abrazo,
coloco mi cabeza en tu hombro
paralela a la tuya
y mi mano libre libera
el helado cubo
de mi boca
y lo acerca a tu cara,
la recorre despacio,
apenas el roce,
llega a tus labios
que se abren
y lo besas prolijamente
como a ese que amás,
ese bienaventurado
y te volvés con violencia
apretando los dientes
me aferrás la cara
enfrentamos pupilas
y me decís una palabra,
antes del voraz beso:
"Juego."
vos estás en la compu,
escribiendo,
taipiando escandolosas historias,
de las que vos sos empírica,
tal vez mordiendo uno de tus labios,
(el de abajo, sí; el de abajo)
tal vez con los dedos de los pies
trabados en inconscientes batallas.
Oigo como arrancan las frases
con el bailoteo frenético de las teclas
que se detiene de pronto
y llega a mí un rápido suspiro tuyo
mientras sopesás las palabras.
La tarde es lenta,
la tarde es blanca
de tanto sol;
por mi garganta baja despacio
el jugo de manzana
y refresca a su paso.
Y me surge
desde un recodo
del bajo vientre,
una chispa que recorre
hormigueante todos mis nervios:
es una reminiscencia en la boca,
(un olor)
es como la sospecha
(de que tal vez querés)
y culmino el ancho vaso
y un hielo resbala desde él
y es mordido,
mi lengua lo recorre en melosos círculos
anhelando que fuera otra cosa
y la emoción me provoca firmeza y arrojo.
Como activar el pestillo de un trampa,
me arrojo en un vector
hacia la mullida silla
que has vuelto trono
y hemos agarrado de matadero,
despacio y silencioso
como jaguar mañoso
me acerco
y veo resbalar el temeroso sudor
por las curvas de tu espalda de gata,
mi cabeza se aproxima
y casi podría sorber tu sudor
(si pudiera)
pero me apropio de tu olor
(tu olor de hembra)
tu olor denso y fuerte
como el del clavel.
Mi brazo se desliza
como culebra pastosa
por tu tronco
y cierra su abrazo,
coloco mi cabeza en tu hombro
paralela a la tuya
y mi mano libre libera
el helado cubo
de mi boca
y lo acerca a tu cara,
la recorre despacio,
apenas el roce,
llega a tus labios
que se abren
y lo besas prolijamente
como a ese que amás,
ese bienaventurado
y te volvés con violencia
apretando los dientes
me aferrás la cara
enfrentamos pupilas
y me decís una palabra,
antes del voraz beso:
"Juego."
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