Baila Salomé,te ofrezco,
tal vez no en bandeja,
mi cabeza;
tampoco de plata la bala que me atraviesa los sesos,
ni que fuera un werewolf,
con plomo basta.
Te huelo
y es una bocanada de frescura
que se diluye demasiado rápido;
de tanto ver hasta se pierde el deseo,
se necesita ir más lejos cada vez
y mi sucio cuerpo ya no da.
Podrías hablar de amor durante horas,
nadie más experto,
qué podría decir yo
(has vuelto a ver a aquél, que parece disfrazado de pirata)
pienso: qué alegría podría brotar de aquí?
el aire cargado de humo
un deseo lánguido
vasos de desesperanza
sonará a lugar común
de cinta de detectives,
pero es así,
al menos hoy y ahora.
Baila,
Salomé,
te unto limón en el pubis,
espolvoreo sal encima,
el tequila baja ardiendo,
la lengua me trae un conato
de lo que es un momento,
baila, Salomé,
no me pidas mi cabeza,
no me pidas mi cabeza,
no me pidas mi cabeza.
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