Lo más tentador de tener un dios es que uno renuncia a su propia voluntad y a la responsabilidad que acarrean las consecuencias de nuestras acciones. Por eso, el fervorososo que se arrodilla y abre los brazos y deja todo en manos de Dios y lo que él quiera, lo que realmente hace es quitarse de la espalda la responsabilidad de tomar las riendas de su propia vida. Así, si algo sale mal, no es culpa de uno, sino que fue la voluntad de Dios. Es más fácil vivir siguiendo los lineamientos de otro, claro, aquél que marca la pauta es el carga con el compromiso. Por supuesto que es más libre aquél que sigue su propio camino, porque al único que rinde cuentas es a sí mismo y por supuesto que eso acarrea la peor de las angustias: la de saberse libre, sin ataduras, sin cercos o predestinación.
El Pequeño Rius Ilustrado define a Dios como "lo único perfecto hecho por el hombre."
Debo confesar que soy una gran vago. Mi vida ha sido fácil, no he enfrentado alguna tragedia como una guerra o una enfermedad grave y los únicos seres amados que han muerto han sido mis abuelos. A mí me gusta estar echado, comer bien, zapping, leer por placer, jugar, pelear, reírme, navegar. No me gustan los esfuerzos y por diversas razones casi nunca he necesitado un empeño grande y sostenido. El brete es un mal necesario y ojalá nunca tuviera que hacerlo. Soy perezoso y me gusta dormir hasta tarde, realmente creo que uno debe pasar esta vida haciendo lo que quiere, relajadamente. Si tengo que hacer algo, lo hago y ya; si realmente quiero algo, voy y lo consigo. Puro Budismo Zen: si tengo hambre, como; si estoy cansado, me siento.
"El deseo exasperado es un dictador ingenuo que cree que nada se le puede oponer y que no se le puede ni siquiera contrariar." Millet.
PD:
XXXIV
Hielo inverosímil
que asemeja un encaje,
grietas brillantes penetran el cuerpo
evidenciando su profecía.
Elementos dislocados,
autores de armonía,
cómplices del artificio.
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