lunes, 18 de julio de 2005

Aplausos para el hombre lobo


En memoria de J.J, un hombre que se sabía inteligente y no le sirvió de nada: un fracasado con el orgullo herido. Lo peor de todo es que sigue vivo.

Existe una relación de ausencia entre ambos, ya que la presencia de uno significa la lejanía del otro. Cuando él está, a ella no la menciono, pero está ahí, su no presencia la grita, la refiere. Él lo desconoce. Ella sí sabe de él, mantiene su distancia, pero veo venir el reproche. Por tu propio bien, será la respuesta. A los dos los amo, con amores diferentes que se excluyen tristemente, por qué, pienso, no puede haber una conjunción de Maya y Urizen, en mi tiempo y espacio. Pero qué va, en esta vida a uno no todo le sale como uno quiere.

Colaborador: Adjetivo calificativo que le damos amablemente al compañero que realiza gustosamente las labores que nos corresponden a nosotros.

(Mutis a la izquierda, para ir a verla, en son de paz.)

PD:
XXX

Remolinos de barro blanco
y agudos monolitos señalan la senda.
Un atardecer se fuerza eterno
y el oráculo anuncia el momento apropiado.
Las aves vuelan a sus nidos,
los cristales enmudecen,
las espadas se cubren de herrumbre
y el polvo, dueño del secreto, cabalga en el viento.

Siglos después, el sol sale
y blanquea aún más las osamentas,
sobre ellas, duermen pardos leones.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario