pobre hacha de colores,
ignorancia plena de la discordancia,
andá,
trazá alguna sombra de murmullos
en los oídos secos de reyes ciegos.
¿Qué es lo que soy,
yo que me deslizo pastoso sobre las espinas
que colonizan los cimientos del hastío?
Yo soy el vengador de los perdones,
el verdugo amable del síncope,
estoy armado con las lanzas del desdén,
con las canas de los perros olvidados.
Bien que no entiendo la música del pulso,
los ojos rayados, los motores de miseria.
De tal destino azulado
he caído pleno de gel,
aborrecido por la sal de los ángeles,
vomitando por la nariz
todas las encomiendas del destino;
quiero la lucidez, la simpleza de palabras,
la transparencia del hado,
no quiero ser nada,
ser libre de metamorfosis.
O no.
Eso.
ignorancia plena de la discordancia,
andá,
trazá alguna sombra de murmullos
en los oídos secos de reyes ciegos.
¿Qué es lo que soy,
yo que me deslizo pastoso sobre las espinas
que colonizan los cimientos del hastío?
Yo soy el vengador de los perdones,
el verdugo amable del síncope,
estoy armado con las lanzas del desdén,
con las canas de los perros olvidados.
Bien que no entiendo la música del pulso,
los ojos rayados, los motores de miseria.
De tal destino azulado
he caído pleno de gel,
aborrecido por la sal de los ángeles,
vomitando por la nariz
todas las encomiendas del destino;
quiero la lucidez, la simpleza de palabras,
la transparencia del hado,
no quiero ser nada,
ser libre de metamorfosis.
O no.
Eso.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario