¡Qué deliciosa ironía! Andar caminando sobre una delgada línea entre el hastío y el frenesí. ¿Quién puede ver el camino que dejó atrás y decir: ése fui yo? ¿Quién puede decir, mirando hacia adelante: ése seré? Lo que eras ayer, ¿lo sos hoy? Se puede señalar la meta, pero no siempre se llega, se puede cambiar a medio camino, se puede ser aplastado, hundido, elevado; te podés devolver, en fin.
Cosa increíble la probabilidad. ¿No creés, improbable persona que leés estas líneas? Nos hemos juntado aquí, un ratito; la línea enormemente complicada de tu vida y la mía se han unido por un instante (¿qué fue, un choque de frente, un roce paralelo, un corte perpendicular?) ¿Te podés imaginar la clase de persona que soy, las cosas que me han pasado? Es abrumador para mí pensar en tu colección de hechos, las ideas son una multitud de chispas que saltan hacia todas las direcciones. Lo único que puedo decir, al cabo, es: Gracias.
Hasta pronto.
PD: Something from myself:
-I-
Vení,
al juicio de la espada,
quién la llevó,
quién la trajo
y quién hizo qué,
fui yo.
Nada hice que antes no fuera hecho,
quién puede culparme,
quién puede culpar a alguien
por algo que otros han hecho ya.
-II-
El sinfín inquietante invade,
con furia, el término de la promesa.
Iracundos gladiadores abjuran de su fe
y se marchan para siempre.
El testimonio de los antiguos anuncia su tristeza,
risas brillantes brotan de la escritura vedada.
La locura arroja sus bendiciones,
el gentío inmóvil escucha las campanas de piedra
que anuncian el fin del principio